Las ciencias sociales son un conjunto de disciplinas, saberes y procedimientos que estudian el comportamiento humano tanto como individuo como por los grupos por él formados (familia, clan, organizaciones, instituciones, etc.). Uno de los temas claves que mantienen abierto el debate sobre las C.S. es su estatuto científico y el sostenimiento del mismo como un saber sistemático, experimental y verificable; más allá de criterios filosóficos, axiológicos o ético-políticos. A partir de Popper y su consideración revisionista de la ciencia (aunque el autor vienés nunca renunció a su tradición neopositivista, simplemente la moderó) y, sobre todo, de Khun y Lakatos, las C.S. comenzaron a diseñar una epistemología con identidad y vida independientes, no exentas de críticas y reformulaciones varias. Para algunos autores, ésto supone un retroceso respecto al criterio de "ciencia unificada"; para otros, la efervescencia de nuevos paradigmas y posturas, supone un enriquecimiento intelectual que refleja la fragmentación misma de la ciencia.
El modelo de la física como representación científica se abandonó en las C.S. en favor del modelo estructuralista que había hecho Saussere con la lingüística. El estructuralismo-funcionalismo, así pues, dio origen a una serie de estudios e indagaciones que, aún hoy, tienen su vigencia. El estructuralismo se fundamenta en que el conocimiento ha de averiguar las 'estructuras' subyacentes que hacen funcionar a la sociedad y a los grupos humanos tal y cómo lo hacen en realidad. Semejantes estructuras son operadores cognoscitivos que nos hacen inteligible la complejidad del mundo. Es, por tanto, una teoría global y holística; de explicación del todo. Su gran problema estriba en establecer cuáles son las estructuras determinantes y en modelizar en el espejo empírico sus relaciones con el mundo. Su gran acierto, en mi humilde opinión, radica en explorar nuevos campos intelectuales que han dado origen a estudios críticos no exentos de cierta verosimilitud.
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